miércoles, 23 de noviembre de 2011

MITOLOGÍA DE LAS CONSTELACIONES - Lakota "Constelación de la Mano"

De acuerdo con los Lakotas, la constelación de la Mano, relacionada con la mitad inferior de la constelación Orión, representa el brazo de un gran jefe Lakota. Los dioses querían castigar al jefe por su egoísmo e hicieron que las Personas del Trueno le arrancaran el brazo.
Su hija prometió casarse con aquel que lograra recuperar el brazo de su padre.
Estrella Caída, un joven guerrero cuyo padre era una estrella y su madre una humana, le regresó el brazo y se casó con la hija. El regreso del brazo al jefe simboliza la armonía entre los dioses y las personas con la ayuda de la nueva generación


Constelación de la mano Lakota. El dedo índice es la estrella brillante Rigel mientras que el pulgar es la Nebula de Orión. El cinturón de Orión está en la muñeca. El dedo pequeño es Beta Eridani, una estrella de la constelación Eridanis

martes, 22 de noviembre de 2011

MITOLOGÍA DE LAS CONSTELACIONES - Orión "El Cazador del Cielo"



La constelación de Orión es una de las más notables del cielo invernal. Las tres estrellas del cinturón de Orión se conocen en México como los tres reyes magos.

Orión era hijo del dios Poseidón y de Euriale. Según la leyenda era el más alto de los hombres. Tan alto, que podía cruzar el mar caminando por el lecho marino sin perder pie.

Orión era muy presumido. En cierta ocasión mató a todas las bestias del reino de Quíos para ganarse la mano de la hermosa Merope. Pero el padre de la joven, el rey Enopión, no cumplió el trato y Orión, encolerizado, lo amenazó. No es fácil amenazar a un rey impunemente. El soberano pidió ayuda al dios Dionisio y juntos embriagaron a Orión y lo dejaron ciego.

Orión, enceguecido, consultó a un oráculo, el cual le dijo que podría recuperar la vista si viajaba a las tierras más lejanas de oriente y dejaba que el sol de la mañana le bañara los ojos. Orión emprendió el viaje acompañado del cíclope Cedalión, al cual tuvo que llevar en hombros, porque era cojo.

Ya en el más lejano oriente, el sol le devolvió la vista al cazador. Pero Eos, la mañana, que pasaba por allí, se enamoró de Orión como una loca y lo invitó a su lecho. Más tarde, Artemisa, diosa de la caza, también se prendó del guapo Orión y se hubiera casado con él de no ser porque...





FINAL 1


La diosa Hera, enfurecida por la arrogancia de Orión, el cual se había declarado capaz de vencer a cualquier animal que la diosa enviara a luchar con él, mandó a un alacrán gigante que acabó por fin con el presumido joven. Pero los dioses se apiadaron de él. Lo colocaron en el cielo, y al alacrán también, pero lo más alejado posible de Orión para que no le volviera a picar. Hoy en día Orión y Escorpión ocupan posiciones casi diametralmente opuestas en la bóveda celeste. Orión es la constelación más famosa del invierno y Escorpión la más famosa del verano


FINAL 2


Apolo, hermano de Artemisa y tan hermoso como Orión, se puso celoso y para deshacerse de él convenció con engaños a su hermana de disparar con el arco a un blanco que se veía a lo lejos, en el mar. Pero resultó que el blanco era nada menos que Orión, que había salido a hacer una caminata acuática sin sospechar nada. Artemisa lloró tanto, que Zeus decidió colocar a Orión en el cielo, donde se convirtió en una de las constelaciones más hermosas

lunes, 21 de noviembre de 2011

MITOLOGÍA DE LAS CONSTELACIONES - La Osa Mayor

La Osa Mayor es una de las constelaciones más famosas. Se puede ver durante todo el año mirando hacia el norte. La constelación es más extensa que el asterismo que aparece en la imagen, pero éste –llamado a veces La cacerola— es la parte más conocida e identificable de la Osa Mayor. En México parte de la Osa Mayor se oculta bajo el horizonte y luego sale una vez con cada giro de la bóveda celeste. Pero en la latitud de Grecia esta constelación da vueltas y vueltas alrededor del polo norte celeste sin jamás ocultarse. Por eso dice Homero, en La odisea, que la Osa Mayor “nunca se hunde en las aguas del océano”



Según la leyenda griega, Zeus, padre de los dioses del Olimpo, se enamoró un día de la hermosa ninfa cazadora Calisto, que vivía en los bosques de Arcadia. Presa de un intenso amor, Zeus sedujo a Calisto. Hera, la esposa de Zeus, estaba tan celosa de la ninfa, que la convirtió en oso.
Pasó el tiempo y cierto día Arkas, hijo de Calisto, que también era cazador, se topó con un oso en el bosque. El animal era nada menos que su madre, pero Arkas no lo sabía. Estaba a punto de dispararle una flecha cuando Zeus intervino para impedírselo y revelarle la verdad. A fin de que Calisto no volviera a tener encuentros peligrosos de esa naturaleza, Zeus la tomó de la cola y la lanzó hacia el cielo. Luego el padre de los dioses olímpicos transformó a Arkas en oso y lo puso también en el cielo para hacerle compañía a su madre. Arkas es hoy la constelación de la Osa Menor, y la punta de su cola es la estrella polar, guía de navegantes y viajeros desde tiempos antiguos.
Pero Hera no estaba conforme. Después de todo, con Calisto dando vueltas en el cielo eternamente, Zeus podía ver a su amor cuando se le antojara. Así que la diosa llamó a su hermano, Poseidón, dios del mar, y le hizo prometer jamás permitir que los osos celestes, Calisto y Arkas, se acercaran a sus dominios acuáticos. Por eso la Osa Mayor y la Osa Menor nunca se ponen... en la latitud de Grecia; en México, donde la Osa Mayor hunde la cola bajo el horizonte, esta parte de la leyenda no tiene sentido.
Por lo general, las formas de la mayoría de las constelaciones les evocan imágenes distintas a observadores de culturas distintas. Pero las estrellas de la Osa Mayor también fueron asociadas con este animal por los indígenas del Nuevo Mundo. Una leyenda india de Norteamérica explica por qué cambian de color en el otoño las hojas de los bosques del norte. Las tres estrellas de la cola de la osa griega representaba para estos indios a tres cazadores que iban en pos de un oso, representado por el cuenco de la cacerola. Todo el año dan vueltas y vueltas persiguiendo al oso, pero en el otoño, cuando se ve la constelación bajar hacia el horizonte al caer la noche, los cazadores le dan alcance a su presa. Entonces disparan sus flechas. Una de las flechas le da en el flanco y al manar la sangre del oso, pinta los árboles de color rojo intenso





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