La constelación de Orión es una de las más notables del cielo invernal. Las tres estrellas del cinturón de Orión se conocen en México como los tres reyes magos.
Orión era hijo del dios Poseidón y de Euriale. Según la leyenda era el más alto de los hombres. Tan alto, que podía cruzar el mar caminando por el lecho marino sin perder pie.
Orión era muy presumido. En cierta ocasión mató a todas las bestias del reino de Quíos para ganarse la mano de la hermosa Merope. Pero el padre de la joven, el rey Enopión, no cumplió el trato y Orión, encolerizado, lo amenazó. No es fácil amenazar a un rey impunemente. El soberano pidió ayuda al dios Dionisio y juntos embriagaron a Orión y lo dejaron ciego.
Orión, enceguecido, consultó a un oráculo, el cual le dijo que podría recuperar la vista si viajaba a las tierras más lejanas de oriente y dejaba que el sol de la mañana le bañara los ojos. Orión emprendió el viaje acompañado del cíclope Cedalión, al cual tuvo que llevar en hombros, porque era cojo.
Ya en el más lejano oriente, el sol le devolvió la vista al cazador. Pero Eos, la mañana, que pasaba por allí, se enamoró de Orión como una loca y lo invitó a su lecho. Más tarde, Artemisa, diosa de la caza, también se prendó del guapo Orión y se hubiera casado con él de no ser porque...
FINAL 1
La diosa Hera, enfurecida por la arrogancia de Orión, el cual se había declarado capaz de vencer a cualquier animal que la diosa enviara a luchar con él, mandó a un alacrán gigante que acabó por fin con el presumido joven. Pero los dioses se apiadaron de él. Lo colocaron en el cielo, y al alacrán también, pero lo más alejado posible de Orión para que no le volviera a picar. Hoy en día Orión y Escorpión ocupan posiciones casi diametralmente opuestas en la bóveda celeste. Orión es la constelación más famosa del invierno y Escorpión la más famosa del verano
FINAL 2
Apolo, hermano de Artemisa y tan hermoso como Orión, se puso celoso y para deshacerse de él convenció con engaños a su hermana de disparar con el arco a un blanco que se veía a lo lejos, en el mar. Pero resultó que el blanco era nada menos que Orión, que había salido a hacer una caminata acuática sin sospechar nada. Artemisa lloró tanto, que Zeus decidió colocar a Orión en el cielo, donde se convirtió en una de las constelaciones más hermosas
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