jueves, 25 de agosto de 2011

LA CREACION

 
 
En un principio sólo existia el vacío. No había océano que ocupara su vasto imperio, ni árbol que levantase sus ramas o hundiera sus raíces. Más al norte allá donde el abismo, se formó una región de nubes y sombras llamadas Niflheim. En el sur se formó la tierra del fuego, Muspellsheim. Los doce ríos de pura agua glacial que tracurrían desde Niflheim hasta encontrarse con los correspondientes de Muspellsheim llevaban amargo veneno y pronto se solidificaron. Cuandolas heladas aguas del norte tocaron sus rígidos cuerpos serpentinos, el abismo se llenó de gélida escarcha.
Con el aire cálido que soplaba desde el sur empezó a derretir la escarcha y de las amorfas aguas surgió Ymir, un gigante de escarcha, el primero de todos los seres vivientes.
Del hielo surgió una gran vaca llamada Audumla. E Ymir apagó su sed en uno de los cuatro manantiales de leche que fluían de la criatura. Cada uno de estos seres primarios tuvieron hijos de forma asexual: Ymir a partir de su propio sudor y Audumla lamiendo el hielo. El matrimonio de Bestla, hija de Ymir, con Bor, nieto de Audumla, trajo a los tres dioses, Odín, Vili y Va, quienes muy pronto se volvieron en contra de la raza de los gigantes exterminándolos a todos menos a dos, que escaparon para perpetuar la raza. Al calmarse el caos resultante del desbordamiento, al derretirse el hielo, los tres dioses sacaron el cuerpo inerte de Ymir fuera de las aguas y crearon la tierra, a la que llamaron Midgard, la Princial Morada. De los huesos de Ymir se crearon las montañas y su sangre llenó los océanos. Su cuerpo se convirtóo en tierra y sus cabellos en árboles. Con su calavera los dioses formaron la bóveda de cielo, que atestaron de brillantes chispas de los fuegos de Muspellsheim. Estas chispas son las estrellas y los planetas.
Del suelo brotó Yggdrasilll, el gran freso, cuyas poderosas ramas separaban los cielos de la tierra y cuyo tronco constituía el eje del universo. De hecho en algunas leyendas Yggdrasill es el mundo mismo. Nadie podría narrar su grandeza. Sus raíces se hincan el las profundidades, más allá de las raíces de las montañas y sus perennes hojas atrapan las estrellas fugaces según pasan.
Son tres sus raíces. La primera llega hasta Nifheim, tierra de sombras o infierno y toca la fuente Hvergelmir de donde mana los doce ríos de la región del Norte. La segunda entra en la tierra de los gigantes helados y bebe de la fuente de Mimir, fuente de toda sabiduría. La tercera se extiende por lo cielos donde discurre la fuente de Urd, el más sabio de los Nornos.
Muchas fuerzas atacan al sagrado fresno. Cuatro ciervos mordisquean los nuevos brotes antes de que reverdezcan. El corcel de Odín, Sleipnir, pace en su follaje. La cabra Heidrun se alimenta de sus hojas. Pero lo peor de todo es la serpiente Nidhogg, un enorme monstruo que roe incesantemente sus raíces. Solamente el amor de los Nornos lo mantiene en buen estado. Día a día cogen agua de la fuente de Urd y la vierten en Yggdrasill para mantenerlo floreciente.
De los gusanos del cuerpo pútrido de Ymir, los dioses crearon la raza de los enanos, destinados a morar en las profundidades de la tierra durante toda la eternidad. Como todos ellos han sido creados, no pueden procrear. Cuando muere un enano, princesas enanas, creadas para este fin modelan un nuevo enano con piedras y tierra.
El hombre y la mujer fueron creados a partir de los troncos de dos árboles inertes. Odín les infundió la vida. El dios Hoenir les dotó de alma y capacidad de juicio. Lodur les dio calor y belleza. El hombre fue llamado Ask (de Ash, ceniza) y la mujer Embla (parra), y de ellos desciende la raza humana.
Mitos Maternales: El Mito de Frigg
Balder era el hijo de Odin, el dios de dioses, y era el más querido y el más hermoso de todas las deidades nórdicas.
Un día, Balder empezó a tener sueños de su propia muerte, por lo que todos los dioses decidieron protegerlo. Su madre Frigg hizo que todas las cosas, las enfermedades, los venenos, los árboles, los animales, que nunca ivan a herir a Balder y todos aceptaron el juramento.
Como se volvió invulnerable, los dioses inventaron un juego donde le tiraban toda clase de cosas, sin que él saliera herido, por que todos cumplían su promesa y no se atrevían a hacerle daño. Lucky, el dios travieso, estab inconforme con el juego y celoso de Balder.
Por eso se disfrazó de anciana y fue a conversar con Frigg. Ella sin saber que la anciana era Lucky, le contó la historia de cómo había hecho que todas las cosas y las criaturas juraran no dañar a Balder, pero que el muérdago, una planta que crecía al este del Walhalla, era tan insignificante y tan joven que ni s iquiera le había pedido el juramento.
Lucky se fue para el juego de los dioses, pero antes construyó una flecha con la planta que le había dicho Frigg, y cuando llegó se encontró con un dios ciego que no le tiraba nada a Balder, por que no veía ni tenía arma que lanzarle.
Lucky entonces le dijo a este dios, que el le daba su arma y le indicaba donde se ubicaba Balder, y así era como si los dos lo honrraran. El dios ciego lanzó la terrible flecha, que hirió de muerte a Balder.
La angustia de los dioses fue mucha, pero en especial la de su esposa que murió de tristeza y la de su madre que fue a rogarle a la diosa Hel que lo dejara salir del reino de los muertos. Hel le dijo que si todas las criatyuras y las cosas lloraban a Balder, ella le permetiría regresar.
Frigg, movida por su amor de madre, se vio otra vez caminando el mundo entero, haciendo que todo se lamentara de la muerte de Baler, pero llegó y se ncontró con la misma vieja, es decir Lucky, quien dijo que Balder no había hecho nada por ella, por lo lo que no se sentía obligada a llorarlo.
De esta manera, Lucky condenó a Balder a permanecer en el reino de los muertos

martes, 16 de agosto de 2011

LEYENDAS NÓRDICAS - Heimdall, el vigía del fin del mundo


Heimdall es el más solitario de los dioses. Desde las torres de su palacio Himinbiorg, situado en el
último confín del universo, sobre el Bifrost, el puente tambaleante que conduce a Asgard, vigila que
ningún gigante de la escarcha cruce por él. Se trata de una labor tediosa, pero Heimdall nació
especialmente dotado para llevarla a cabo: duerme menos que un pájaro, puede oír a la hierba crecer
y ve a una distancia de cien millas, características propias del vigía perfecto.
Su nacimiento fue milagroso en extremo. Se dice que las nueve Doncellas de las Olas, las hijas de
Aegir, el dios de los océanos, lo concibieron simultáneamente. Para ello se unieron a Odín durante
una ocasión en la cual este había descendido a Midgard y paseaba junto a la orilla del mar. Según
otras versiones, en su génesis ni siquiera habría intervenido aportación masculina.
Heimdall se caracteriza por su bondad y su sabiduría. Los demás dioses buscan su consejo siempre
que aparece alguna situación problemática, como, por ejemplo, cuando el gigante Thrym robó el
martillo de Thor y pidió a cambio a Freyja. Según el “Canto de Rig”, de la Edda Mayor, Heimdall
sería además el fundador de los tres estamentos de la sociedad vikinga: los esclavos, los hombres
libres y los aristócratas

Es por tanto un dios del orden, creador del orden humano y guardián del orden divino. Así no
resulta extraño que en varios mitos tenga como antagonista a Loki, el dios del caos. Ambos pelearon
por el collar de Freyja, y será Heimdall quien capture a Loki después de que este haya provocado la
muerte de Balder, el más querido de los hijos de Odín.
Por esta enemistad con Loki, los poetas lo llamaban a veces Enemigo de Loki. Recibe también los
apodos de Hijo de Nueve Madres, Guardián de los Dioses, As Blanco, Buscador del Collar de
Freyja, El de los Dientes de Oro y Dueño de Gulltop, esto por su corcel Gulltop (“crin de
oro”). Posee también una espada de nombre Cabeza, pero su objeto más característico es el cuerno
Giallarhorn, que hace sonar para dar la señal de alarma. Su poderoso bramido estremece el
aire siempre que alguno de los enemigos de Asgard camina sobre el arco iris sagrado.
Pero habrá un tiempo lejano en el que Giallarhorn retumbará por última vez, pues hasta a los dioses
les llega su final. Según profetizó la adivina, cuando esté completo el alfgar, el drakkar que se
construye en Hel con las uñas de los muertos, la fuerzas del caos, comandadas por Loki, cruzarán el
Bifrost quebrándolo a su paso. El Gjallarhorn resonará entonces con tanta fuerza que podrá ser
escuchado en los nueve mundos llamando a los dioses a la última lucha.
Después de esta confrontación final el mundo renacerá y los dioses supervivientes ocuparán el lugar
de los caídos. Pero entre aquellos, si hacemos caso a Snorri Sturlusson, no se encontrará Heimdall.
Él y Loki se habrán matado mutuamente durante la batalla

sábado, 13 de agosto de 2011

LEYENDAS NORDICAS - El lobo Fenrir


Fenrir o Fenris, en la mitología nórdica, es uno de los tres monstruos que nacieron de la unión entre Loki y Angrboda. Los otros dos fueron Hel, la diosa de la muerte, y Jörmungandr, la serpiente gigante
Al principio sólo era un cachorro, pero conforme se alimentó y empezó a crecer llegó un punto que fue imposible controlarlo. Dos veces fallaron los dioses en su intento por apresarlo: primero con la cadena Leding y después con la todavía más fuerte Droma, de las que se liberó fácilmente.
Los dioses del Asgard pidieron la fabricación de una ligadura irrompible a los enanos. Éstos les fabricaron una cinta liviana, dulce, sedosa y fina, que sin embargo nadie podría romper, pues estaba fabricada con el sonido de la pisada del gato, la barba de la mujer, las raíces de la montaña, los nervios del oso, el soplo de los peces y la saliva del pájaro. La llamaron Gleipnir. Lo encadenaron en la isla Lyngvi, en el lago Ámsvartnir

Sólo Tyr -el dios con cuernos- se ofreció a realizar la proeza. Para ello, los dioses idearon un juego en el que Fenrir debía dejarse amarrar para probar si podía romper la cinta, algo que ellos no podían. Desconfiado, debido a sus anteriores experiencias, el lobo consintió para no pasar por cobarde, a condición de que uno de ellos pusiera la mano en su boca durante todo el tiempo que durara la prueba. Tyr, entonces, con valentía y sencillez extendió su mano derecha y se la metió en la boca. Los otros dioses ataron a Fenrir, quien empezó a debatirse cada vez más ferozmente, y los dioses se rieron al ver a su enemigo reducido. Sólo Tyr no se rió pues sabía a lo que estaba expuesto. En efecto, Fenrir al darse cuenta de que le habían tendido una trampa, cerró su boca y le cortó la mano al dios.

Ilustración de un manuscrito en donde se representa la escena en que Tyr pierde su mano.
La razón de este encadenamiento es que los Ases saben que será causante del fin del mundo. En el Ragnarök, cuando rompa su prisión milenaria y se libere de sus cadenas, el fuego y el agua subterráneas invadirán la Tierra. Matará a Odín y lo matará Vidar

jueves, 11 de agosto de 2011

DIOSES NORDICOS - ODÍN

ODÍN, el KETHER de la Kábala, también llamado Woden o Wotan es el “Padre de los Dioses”, se le conocía también como el “Señor de la guerra” (interior) y como padre de los “muertos gloriosos” (muertos psicológicos). Su residencia era el Valhalla y desde su trono se contemplaban los nueve mundos. Dos pájaros (Ravens) le acompañan y le informan de todo lo que ocurría en los nueve mundos

Era también el más sabio de los Dioses, pero lograr la sabiduría no le fue fácil. En muchos grabados se le representa con un solo ojo. Veamos por qué conociendo su historia:
Desde su nacimiento se sintió ávido de alcanzar la Sabiduría; tras buscar donde la podría hallar, supo que en las raíces del árbol sagrado (el Yggdrasil) se encontraba un pozo cuya agua daba la Sabiduría. Dicho pozo estaba guardado por la cabeza de Mimir, una Diosa que había sido decapitada. Tras conseguir descender hasta el pozo en las raíces del gran árbol (el descenso a la novena esfera), se encontró con la cabeza de Mimir (la decapitación psicológica) que le puso como condición el que debía darle uno de sus ojos (el sacrificio) para dejarle beber del pozo de la Sabiduría.
Odín no lo duda, sacrifica uno de sus ojos para poder beber de la fuente de la Sabiduría. Conoce cosas inefables y adquiere la Sabiduría (la Maestría), pero necesita más, poder sobre la vida y la muerte (la Cristificación)...
Sé que estuve colgado de aquel árbol que el viento azota,
balanceándome durante nueve largas noches,
herido por el filo de mi propia espada,
derramando mi sangre por Odín,
yo mismo una ofrenda a mí mismo:
atado al árbol
cuyas raíces ningún hombre sabe
adónde se dirigen.
Nadie me dio de comer,
nadie me dio de beber.
Contemplé el más hondo de los abismos
hasta que vi las runas.
Con un grito de rabia las agarré,
y después caí desvanecido.
Nueve terribles canciones
del glorioso hijo de Bolthor aprendí
y un trago tomé del glorioso vino (*)
servido por Odrerir.
Obtuve bienestar
y también sabiduría.
Salté de una palabra a otra palabra
y de un acto a otro acto...
(Las palabras del Altísimo: Hávamál)
(*) Hemos traducido por vino el “mead”,una bebida alcohólica muy apreciada por los Vikingos.
En este relato Odín cuelga del , Yggdrasil, herido de muerte en un sacrificio voluntario para después resucitar lleno de poder y sabiduría. Después de esta experiencia, cuenta la leyenda, adquiere poder sobre la vida y la muerte.

Este relato ha sorprendido a los estudiosos por sus semejanzas con la crucifixión del Cristo Jesús. Mas, como nos dice el V.M. Samael Aun Weor, la vida de Jesús son simbólicamente los procesos de la Cristificación por los que todo Iniciado ha de pasar hasta lograr la resurrección del Cristo en su corazón.
Es, pues, natural encontrarnos un relato así en una enseñanza de la Vía directa, que deviene de la Raza Hiperbórea, donde en remotos tiempos estaban encarnados los grandes Maestros de este Maha-manvantara.
Este relato es parte de uno más amplio y seguramente de un gran valor iniciático, pero que desgraciadamente se perdió en el curso de lo siglos.
Después muchas serán las batallas que mantienen Odín, con su espada mágica, y sus guerreros contra los gigantes de hielo. Además, conocedor del destino que les espera a los Dioses, va reuniendo en el Valhalla a las almas de los héroes muertos en combate para formar un ejercito en espera de la batalla final en Ragnarok.
De aquí se deriva que los Vikingos fueran muy audaces, ya que tenían la creencia de que si morían heroicamente en combate irían al Valhalla (la residencia de los Dioses) a formar parte del ejército de Odín.
No vamos a hacer en este trabajo referencia a las RUNAS citadas en el poema anterior, ya que entonces se haría demasiado extenso. Remitimos al lector interesado al libro “Magia Rúnica” del V.M. Samael Aun Weor

lunes, 1 de agosto de 2011

LEYENDAS NÓRDICAS - Kraken, el fabuloso monstruo marino


“Bajo los truenos de las superficie,
en las honduras del mar abismal,
el Kraken duerme su antiguo, no invadido sueño sin sueños.
Pálidos reflejos se agitan alrededor de su oscura forma;
vastas esponjas de milenario crecimiento y altura
se inflan sobre él, y en lo profundo de la luz enfermiza,
pulpos innumerables y enormes baten
con brazos gigantescos
la verdosa inmovilidad,
desde secretas celdas y grutas maravillosas.
Yace ahí desde siglos, y yacerá,
cebándose dormido de inmensos gusanos marinos
hasta que el fuego del Juicio Final caliente el abismo.
Entonces, para ser visto una sola vez por hombres y por ángeles,
rugiendo surgirá y morirá en la superficie”
Este poema de Alfred Lord Tennyson, (1809-1892), poeta inglés que sentía verdadera pasión por
las mitología nórdica y las leyendas medievales, nos sirve de introducción para conocer más de cerca
al Kraken, criatura gigantesca que, según cuenta dicha mitología nórdica, poseía forma de pulpo o
calamar, y que sorprendía y aterrorizaba a los pobres incautos que osaban adentrarse con sus
embarcaciones en alta mar, sobre todo frente a las costas de Islandia y oruega.

Cuentan las antiguas crónicas que este animal de grandes dimensiones, (su lomo podía medir hasta
dos kilómetros y medio), poseía unos larguísimos y poderosos tentáculos con los que se abrazaba a
los barcos y terminaba llevándolos al fondo del mar.
Y es que generalmente no llegaban a advertir su presencia hasta que era demasiado tarde, pues tal era
su tamaño que mientras mantenía sus tentáculos ocultos parecía una pequeña isla en medio del mar.
Al parecer la único manera de descubrirlos era mirar hacia el fondo del mar, pues entonces se
podrían descubrir sus rojos y brillantes rojos traspasando la oscuridad que emanaba desde el fondo
marino. Curioso resulta conocer que la única forma que existía de apaciguar su furia era celebrando
sobre su superficie, siempre y cuando se le pillara dormido, una misa o acto religioso.
Ya en 1555 el naturalista de origen francés Pierre Belon hablaba en sus libros de un calamar gigante
con apariencia monacal del que incluso llegó a realizar un dibujo detallado. El lo llamaba algo así
como “monje marino”.
Siglos más tarde, allá por el 1800, otro naturalista de nombre Pierre Denys de Monfort,
reconociendo su existencia, lo denominó Kraken al relacionarlo con las islas misteriosas que
aparecían y desaparecían, y que eran descritas en la mitología y leyendas nórdicas, pero ya no lo
veía tanto como un ser fabuloso, sino más bien como una especie desconocida de cefalópodo de
tamaño gigantesco y que son viven en los mares del Norte. Por cierto, en noruego “kraken” significa
fabuloso monstruo marino
Hoy en día aún no se puede asegurar nada, ni que no hayan existido ni que sí y que se mantengan
aislados del mundo exterior en las profundidades más insoldables del océano, aquellas a las que el
hombre y toda su tecnología aún no ha podido llegar

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