martes, 16 de agosto de 2011

LEYENDAS NÓRDICAS - Heimdall, el vigía del fin del mundo


Heimdall es el más solitario de los dioses. Desde las torres de su palacio Himinbiorg, situado en el
último confín del universo, sobre el Bifrost, el puente tambaleante que conduce a Asgard, vigila que
ningún gigante de la escarcha cruce por él. Se trata de una labor tediosa, pero Heimdall nació
especialmente dotado para llevarla a cabo: duerme menos que un pájaro, puede oír a la hierba crecer
y ve a una distancia de cien millas, características propias del vigía perfecto.
Su nacimiento fue milagroso en extremo. Se dice que las nueve Doncellas de las Olas, las hijas de
Aegir, el dios de los océanos, lo concibieron simultáneamente. Para ello se unieron a Odín durante
una ocasión en la cual este había descendido a Midgard y paseaba junto a la orilla del mar. Según
otras versiones, en su génesis ni siquiera habría intervenido aportación masculina.
Heimdall se caracteriza por su bondad y su sabiduría. Los demás dioses buscan su consejo siempre
que aparece alguna situación problemática, como, por ejemplo, cuando el gigante Thrym robó el
martillo de Thor y pidió a cambio a Freyja. Según el “Canto de Rig”, de la Edda Mayor, Heimdall
sería además el fundador de los tres estamentos de la sociedad vikinga: los esclavos, los hombres
libres y los aristócratas

Es por tanto un dios del orden, creador del orden humano y guardián del orden divino. Así no
resulta extraño que en varios mitos tenga como antagonista a Loki, el dios del caos. Ambos pelearon
por el collar de Freyja, y será Heimdall quien capture a Loki después de que este haya provocado la
muerte de Balder, el más querido de los hijos de Odín.
Por esta enemistad con Loki, los poetas lo llamaban a veces Enemigo de Loki. Recibe también los
apodos de Hijo de Nueve Madres, Guardián de los Dioses, As Blanco, Buscador del Collar de
Freyja, El de los Dientes de Oro y Dueño de Gulltop, esto por su corcel Gulltop (“crin de
oro”). Posee también una espada de nombre Cabeza, pero su objeto más característico es el cuerno
Giallarhorn, que hace sonar para dar la señal de alarma. Su poderoso bramido estremece el
aire siempre que alguno de los enemigos de Asgard camina sobre el arco iris sagrado.
Pero habrá un tiempo lejano en el que Giallarhorn retumbará por última vez, pues hasta a los dioses
les llega su final. Según profetizó la adivina, cuando esté completo el alfgar, el drakkar que se
construye en Hel con las uñas de los muertos, la fuerzas del caos, comandadas por Loki, cruzarán el
Bifrost quebrándolo a su paso. El Gjallarhorn resonará entonces con tanta fuerza que podrá ser
escuchado en los nueve mundos llamando a los dioses a la última lucha.
Después de esta confrontación final el mundo renacerá y los dioses supervivientes ocuparán el lugar
de los caídos. Pero entre aquellos, si hacemos caso a Snorri Sturlusson, no se encontrará Heimdall.
Él y Loki se habrán matado mutuamente durante la batalla

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